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“La carne de cerdo es muy magra y las pocas grasas que pudiera aportar son insaturadas con predominio de los ácidos grasos monoinsaturados que son los más cardiosaludables. Contiene excelente calidad y cantidad de proteínas y es muy rica en potasio (350 a 480 mg/100 g) y pobre en sodio (70 a 90 mg/10 g). Aporta hierro hémico, selenio, importante integrante del antioxidante glutation peroxidada, y vitamina B1“, sostuvo la licenciada María Emilia Mazzei, integrante del Comité Ejecutivo de la Fundación Cardiológica Argentina.

Asimismo, recalcó que es un alimento recomendado para personas con problemas cardiovasculares ya que posee la mejor relación sodio/potasio de todas las carnes, lo que la hace altamente aconsejable para las personas hipertensas, con problemas cardíacos y renales, dado que el potasio ayuda a regular los niveles de sodio.

En tanto, y contrariamente a lo que se cree normalmente, el cerdo es una carne con bajo nivel de colesterol. “Se descubrió que el 48% de la grasa porcina son ácidos grasos monoinsaturados del tipo oleico (característico del aceite de oliva)”, indicó Mazzei, al tiempo que agregó: “La ingesta de este tipo de grasa contribuye a reducir los niveles de colesterol total en sangre a expensas del llamado colesterol malo o LDL y aumentar la relación con el llamado colesterol bueno o HDL”.

“La carne de cerdo posee niveles de colesterol semejantes a las otras carnes y puede ser usada en la alimentación de personas sanas o del grupo de riesgo, porque un buen churrasco de 100 gramos de lomo de porcino proporciona apenas 42 a 50 mg de colesterol, cerca de un 20% del total de 300 mg permitidos”, concluyó Mazzei.